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El poeta ocasional

VIENDO EN PARTICULAR

VIENDO EN PARTICULAR

LO ÚLTIMO


MISCASTING     


“So you think salvation lies in pretending?” 
 Paul Bowles 

 
estoy entregando el cargo 
dónde es que firmo 
devuelvo otras pertenencias 
un pabellón en ruinas 
el glorioso crepúsculo en la playa 
y el personaje de mujer 
más Julieta que Justine 
adiós ardor 
adiós afrentas 
estoy entregando el cargo 
dónde es que firmo
 
hace 77 días dejé en la portería
el remo de cautivo en las galeras de Argelia
una botella de vodka vacía
cinco meses de lujuria
despido el luto
en la esquina
un huevo
feliz año nuevo
bienvenido otro
cómo es que se abre ese champán
cómo se ríe
 
pero el caballo de espadas volvió al galope
puso su trampa
basura en el ojo de la tuerta
su victoria a lo Pirro
ciudades fortificadas
mill torres
asediadas por memorias enemigas
yo, la amada
yo, la sabia
yo, la traicionada
 
ahora finalmente estoy renunciando al pacto
rompo el contrato
devuelvo la cinta
me vendió gato por liebre
parodia por película francesa
la actriz secundaria es de cuarta
la escena de la caída es el mismo castillo de naipes
el héroe llega diciendo que perdió la llave
con barba de más de tres días
 
vine a devolver el hombre
firmo dónde
el pecho de ese caballero no es de acero
su armadura es un bidón de tinta inútil 
imitación paraguaya
débil abusado
soufflé fallido y palabra en vano
 
su pecho de caballero
es puerta sin timbre
teléfono que no responde
sólo tropieza con mensajes viejos
positivo
cambio
no vale la pena insistir
donde no hay nadie en casa
 
las rodillas aún despellejadas
lamiendo los dedos
busco compresas frías
oh cielo brillante del exilio
qué tierra
qué tribu
produjo el teatrito troll pegado a mi boca
dónde es que está esa toma
dónde se desconecta 



Miscasting 


“So you think salvation lies in pretending?”
Paul Bowles

estou entregando o cargo
onde é que assino
retorno outros pertences
um pavilhão em ruínas
o glorioso crepúsculo na praia
e a personagem de mulher
mais Julieta que Justine
adeus ardor
adeus afrontas
estou entregando o cargo
onde é que assino

há 77 dias deixei na portaria
o remo de cativo nas galés de Argélia
uma garrafa de vodka vazia
cinco meses de luxúria
despido o luto
na esquina
um ovo
feliz ano novo
bem vindo outro
como é que abre esse champanhe
como se ri

mas o cavaleiro de espadas voltou a galope
armou a sua armadilha
cisco no olho da caolha
a sua vitória de Pirro
cidades fortificadas
mil torres
escaladas por memórias inimigas
eu, a amada
eu, a sábia
eu, a traída

agora finalmente estou renunciando ao pacto
rasgo o contrato
devolvo a fita
me vendeu gato por lebre
paródia por filme francês
a atriz coadjuvante é uma canastra



poesía brasilena
HILDA MACHADO
(1951, Rio de Janeiro / 2007, Säo Paulo, Brasil)
Traducción: Ezequiel Zaidenwerg
Enlaces: Escritas | Antonio Miranda
Imagen en O Globo


UN JARDÍN JAPONÉS     



“Harlan K. Ullman parece estar viviendo sus 15 minutos de fama. Su doctrina estratégica de Impacto y Pavor, adoptada por el Pentágono, ha llegado a eclipsar el nombre oficial de la campaña (Operación Libertad  Iraquí)(...) Pregunta. ¿En que consiste la estrategia de Impacto y Pavor? Respuesta. El Impacto y Pavor busca, mediante el uso de todo nuestro  poder físico y psíquico, que el enemigo se sienta tan vulnerable e intimidado por nuestra capacidad que vea inútil cualquier resistencia.(...) P. ¿Es Hiroshima un ejemplo de Impacto y Pavor? R. El uso de armas nucleares nunca fue la intención de esta estrategia, pero la capacidad para transformar la resistencia suicida en rendición pasiva es el ejemplo supremo de ella. Los japoneses abandonaron la lucha porque no podían comprender la secuencia de un plan, una bomba y adiós a una ciudad. Aquello fue Impacto y Pavor.”
El País, jueves 3 de abril de 2003


Uno 
que nunca fue 
demasiado japonés 
ajeno al arte floral 
las películas de Kurosawa 
el judo los videojuegos 
y no digamos las artes marciales. 
Uno 
(son tantas sus limitaciones) 
que apenas compuso 
un torpe haikú 
(era de encargo 
y desechó y contó sílabas 
sin cuento) 
Uno
que casi confundía Japón
con el tópico postal
o cuando menos con
la hiriente belleza de Puccini
o el delicado tapiz de un juego vanguardista.
Uno
tan de vieja Europa
cuyo mayor exotismo
es buscar lejanas raíces
habitar como propios
los jardines de la Alhambra
y rescatar huellas de perdidas juderías.
Uno
que ama
(entre otros ejercicios de rigor)
la poesía la mística
(cristiana y judía)
la prosa de Wittgenstein
y la música de Bach.
Uno
tan poco oriental
y ahora
tan de repente
tan japonés
sin remedio y sin lógica
o tal vez por ausencia de lógica
tan perdidamente japonés.
Uno
hay secuencias que no comprende
la lógica y el plan
que dice
(y hace)
una bomba y adiós
adiós a una ciudad.
Uno
(por eso)
comprará un terrenito
tal vez modesto adosado
en las afueras
y hará un jardín japonés
todas las mañanas
alisará la arena
jugando con formas
como si compusiera el mundo
y sentirá la armonía
en las mínimas piedras de la existencia
Luego
escuchará a Puccini
leerá haikus
y meditará en silencio
mientras espera
que un iluminado
del National War College
le haga gustoso el hara kiri
para comprender
la secuencia del plan
y sentirse al fin
vulnerable e intimidado
y decir adiós
a las pequeñas cosas
que ama:
Bach y otras músicas
(casi todas)
la cábala los poetas los atardeceres
el silencio infinito de los animales
y
(no menos importante)
uno mismo
a quien
(si bien sin estridencias)
se ama lo suficiente como
para no desearle el autorreflexivo
adiós de un hara kiri
En fin
todas las pequeñas cosas
que caben
(el mundo entero)
en mi jardín japonés.



poesía española, Jardín japonés
ANTONIO CRESPO MASSIEU
(1951, Madrid, España)
De: "En este lugar"
Imagen en Youtube


LO QUE QUIERES NO TE QUIERE     




Por qué no puedes desear  
cosas simples: conservar todos los dedos, amanecer otro día  
sin ser una pieza de arte 
de neón o seguir impermeable  
al miedo de las flores. Tu interpretación de una polilla 
es hermosa, pero tu hueso frontal 
no resistirá para siempre. Leí acerca de una terapia 
que consiste en pensar en basura 
cada vez que algo brillante 
se mete en tu cabeza. Con el tiempo 
asocias lo luminoso con cáscaras
de fruta y restos de animales. No voy a mentirte, siete
de cada diez sujetos terminan chocando contra las rejas
de los vertederos. Pero los tres que lo logran
se conforman con una piel tersa, con un bocado 
casi dulce. 



TODO LO QUE TENGO ES ROBADO




La sonrisa la copié
de un catálogo de aldabas. Mi forma de ver el cielo
de una película húngara. Esa técnica para entrar
o salir del amor según la altura
de sus picos la vi en una playa
hace 32 años. Todos 
mis movimientos sexuales
son imitaciones de varios tipos
de líneas de producción y aspersores. Nada es mío
en realidad. Duermo como anzuelo, brillo igual que las cosas
a punto de romperse.



UPS, OTRA VEZ OLVIDÉ CÓMO SE HACÍAN




¿Hay que decir en algún momento corazón 
o cascarón? ¿Herida o raticida? ¿Llevar una llamita
de un lugar a otro o llenar una alberca
con líquido para encendedores? ¿Los silencios significan
“mira, soy un monje” o “acabo de olvidar 
lo que quería contarte”? ¿Es necesario elegir una palabra de seguridad
por si las cosas se ponen raras
o basta con encoger los hombros y seguir? ¿Si justo en el proceso
dan ganas de llorar
hay que hacer ejercicios de respiración
o aplicar una capa de lágrimas sobre lo que tenemos? ¿Algo cambia 
si las lágrimas eran solamente el residuo de un bostezo grande?
¿Es imperativo que parezca misterioso? ¿profundo? ¿que guarde
un secreto? ¿Puede incluir personas que se exciten
con las psicofonías? ¿Aun si las personas son neonazis?

Melocotón.  



LUIS EDUARDO GARCÍA
(1984, Guadalajara, Jalisco, México
Enlaces: Zenda Libros | Revista Anestesia | Periódico de poesía | Poesía | Vozed
Imagen en El Español




AEROLINEAS ARGENTINAS   


 

Ella leía Cien años de soledad 
en un idioma extranjero. 
Mientras yo tiritaba de miedo 
al mínimo contacto posible: 
su mirada. 
Al roce con su piel, 
quise que el avión 
siguiera volando alto, 
muy alto y sin destino. 
Pero las doce horas de vuelo 
pasaron tan rápidas, como en el cine. 
En la cinta de equipajes,
tomó su maleta y se marchó,
sólo un gesto con la mano
como una caricia
invisible sobre mi pelo.
Y entonces supe,
que las historias de amor perduran,
aunque nadie las escriba.


 

ALEJANDRA PIZARNIK 


 

Un buen día Alejandra,
de la mejor manera, me dijo:
–Háblame del miedo.
Y le hablé de mí.
Le conté que el miedo
viste de negro como la culpa,
no se cansa, lleva sombrero
y se cubre con sal de mercurio
en la transparencia de los espejos.
Le aseguré
que lo iba a reconocer,
que bastaba sentir
las tuberías tóxicas,
las venas de una casa.
Le pedí que despertase,
que fuese valiente,
que no fuera como aquellos
que se pierden
en miedos ajenos
para siempre.



poesía española. Llueve en Buenos Aires
MIGUEL ROLLÓN
(1963, Navaltalgordo, Ávila / 2022, Madrid, España)
Fuente: Revista Altazor
Enlaces: Círculo de poesía | Ablucionistas
Imagen en Facebook



María Calviño / Otra iglesia es imposible     



¿Huiría en esa luz de leer, 
en esa luz ambarina que casi 
no deja ver el dorso de corteza? 
Debo haberlo hecho quizás 
sin darme cuenta. ¿Qué saben de mí 
los traductores? Quisiera saber 
lo que ellos saben: de dónde sacó 
Pound datos de mi estatura. Son ramas, 
no mis huesos... 




MARÍA CALVIÑO
(1961, Córdoba, Argentina)
 





MI PADRE VISLUMBRADO COMO UNA VISIÓN DE SAN FRANCISCO     


                                                                                                                            para Brendan Kennelly 


Fue el caballo overo en el jardín vecino 
el que me despertó asustada 
con su relincho madrugador. Estaba de nuevo 
en el trastero de la casa, 
que ahora es la habitación de mi hermano, 
lleno de vigas, suéters y secretos.
Las botellas tintinearon en el peldaño de la puerta,
el primer autobús se detuvo en la parada.
El resto de la casa dormía

a excepción de mi padre. Lo oí
rastrillar la ceniza del hogar,
enchufar la tetera, tararear un fragmento de canción.
Después abrió la puerta trasera
y salió al jardín.
El otoño casi había concluido, la primera escarcha
blanqueaba las tejas de la finca.
Él era mayor de lo que yo había supuesto,
tenía el cabello completamente plateado,
y por primera vez vi que encorvaba
los hombros, vi que tenía
las piernas rígidas. ¿Qué hace ahí,
tan temprano que hacia el oeste aún hay estrellas?

Entonces llegaron ellos: pájaros
de todos los tamaños, formas, colores; llegaron de
los setos y los arbustos,
de los aleros y los cobertizos de los jardines,
de los polígonos industriales, los campos lejanos,
llegaron de Dubber Cross
y de las cunetas de North Road.
El jardín se convirtió en un pandemonio
cuando mi padre levantó rápidamente las manos
y arrojó las migajas al aire. El sol
iluminó la chimenea de O’Reilly
y él resplandeció de pronto,
una perfecta visión de san Francisco,
sano, joven de nuevo,
en un jardín de Finglas.



My Father Perceived as a Vision of St Francis
for Brendan Kennelly


It was the piebald horse in next door's garden
frightened me out of a dream
with her dawn whinny. I was back
in the boxroom of the house,
my brother's room now,
full of ties and sweaters and secrets.
Bottles chinked on the doorstep,
the first bus pulled up to the stop.
The rest of the house slept

except for my father. I heard
him rake the ash from the grate,
plug in the kettle, hum a snatch of a tune.
Then he unlocked the back door
and stepped out into the garden.
Autumn was nearly done, the first frost
whitened the slates of the estate.
He was older than I had reckoned,
his hair completely silver,
and for the first time I saw the stoop
of his shoulder, saw that
his leg was stiff. What's he at?
So early and still stars in the west?

They came then: birds
of every size, shape, colour; they came
from the hedges and shrubs,
from eaves and garden sheds,
from the industrial estate, outlying fields,
from Dubber Cross they came
and the ditches of the North Road.
The garden was a pandemonium
when my father threw up his hands
and tossed the crumbs to the air. The sun
cleared O'Reilly's chimney
and he was suddenly radiant,
a perfect vision of St Francis,
made whole, made young again,
in a Finglas garden.



poesía irlandesa
PAULA MEEHAN
(1955, Dublin, Irlanda)
Traducción: Jonio González
Enlaces: Círculo de poesía | Tuerto Rey | Otra iglesia es imposible | Ogham | Aullido
Imagen en Independent.ie



poesía argentina, Arte poética


ARTE POÉTICA




Rarísima, desesperada
complicidad de los papeles.
Es muy lindo decir naranja,
pero la tinta cómo duele.
Cuánta fatalidad nos hace falta.
Yo no sé cómo hay gente que se atreve.
Me olvidaría de vivir
pero aprendí cómo se muere:
clavándose una lapicera
en el amor a la intemperie,
o resbalándose memoria abajo,
sin paliativos, infinitamente.
Y me pregunto para qué.
No hay apariencia que conteste.
Al fin y al cabo me pondría
a hacer espuma con laureles
y cambiaría la posteridad
por una basurita, por un peine.
Hace tiempo que tengo ganas
de decírselo a mucha gente:
sepan que callo de certeza
y que fallezco de obediente,
y que no tengo la menor idea
y que me desespero para siempre.
Cuánto más cómodo sería
imaginar entre los peces,
disimular como el rocío
todo delito transparente,
colaborar con intachables piedras
o llamar por teléfono, o que espere.
Hasta cuándo podré durar
en un empleo tan urgente,
tan frágil, sin escapatoria,
escarbando lo que sucede
en zonas sumergidas donde todo
se quiere arrepentir, pero no puede.
La verdad es que soy testigo
de festividades solemnes,
que padezco una colección
de musicales intereses,
que ríos y manzanas me autorizan
y estoy a cargo del color celeste.
Pensar que no sabremos nunca
qué pasa dentro de las nueces.
No me pregunten. Con locura
y con el permiso de ustedes
me voy a agonizar otro poquito
con las palabras. Hasta que me lleven.



MARIA ELENA WALSH (1930, Ramos Mejía, Buenos Aires / 2011, Ciudad de Buenos Aires, Argentina)
Fuente: Facebook de Reina Roffé
Enlaces: Fundación La Balandra | El camaleón | Poemario | Poeticous   | Poemame | Otra iglesia es imposible
Imagen en Tiempo Argentino


claro primero diría que piensa pero no
porque eso no parece un pensamiento
todavía 
es más como saber que ese 
pedacito de tiza no alcanza
para escribir


desde los principios del matrimonio
el sostén de la familia recayó
sobre los hombros de mi madre
concurriendo mi padre solamente 
con accidentales auxilios
la historia de doña paula 
bajo la higuera
persigue como maldición
a la maestra normal


no es que se aburra
resolviendo problemas 
es que
una estructura ósea y muscular
acostumbrada a correr y sentarse en el suelo
un día para su bien y el de la. debe 
entrar en un guardapolvo blanco 
tablas adelante botones atrás 
todos abrochados hasta el final
también el que fue cocido a la altura del cuello y presiona 
la garganta 
especialmente en invierno cuando está prohibido llevar ropa 
superpuesta
y el exceso de abrigo producto de los cuidados maternos
requeriría uno por lo menos dos talles más grande


De Sarmiento nunca probó un kiwi 
Disponible completo en https://issuu.com/sarabosoer/docs/sarmiento_nunca_bosoer



Un fragmento de exformateo (inédito)


[…]
verá a una obrera rusa en un documental 
con subtítulos en portugués. una fábrica 
que cerró. es la lluvia que se viene
suspende la caminata igual 
que ayer. era la fábrica 420 en una ciudad
imaginada una casa a medio construir
que ya no sirve. indagar en las causas 
de la disolución familiar sería 
una posibilidad los cuidó toda
la vida rosa se dispara 
un pensamiento sobre esa 
combinación de cromosomas que le quita
el sueño y el glacial se rompe varios meses
antes de lo pronosticado. sería lo que durax 
o impacta podría ser lo que produce una emoción 
eleva la temperatura ambiental los hielos 
se derriten. todo que ver. vino con todo 
la vendedora del tren explica el surgimiento
de un insecto desconocido. la firma que represento
juegan visitas inesperadas. una calcomanía que llama
a votar en blanco decora la parte de atrás 
del asiento delantero. desde ya. las que hayan
interpretado mi palabra. quien pueda. quien 
no. quien desee aprovechar. sería el último 
día.  sería útil siempre. nunca demás 
estaría. sería agradecida. afuera
del tiempo agradecería. la humedad
infla la madera un cajón
no se puede abrir
por más que tire
[…]




9 




hasta recién lo más práctico era juntar las hojas del patio
en montones
ordenados y olvidar a esa que caía en viaje a la basura
pero se quedó mirándola fijo como si le hablara
o con ese acto consiguiera otra vez
recuperar lo verde
ahora solo puedo querer aprender a demorarme
por las dudas
por si ese es el modo de reparar lo destruido



"sobre el concepto de historia (notas)" Vera, Editorial cartonera, 2022



APENAS terminamos el café supe cómo sería
la vida:
iríamos al cine después a cenar decís que el libro es mejor cuento que no lo leí comento que la
música la vuelve previsible y así, cada domingo



Versión 2




la construcción de un mundo común: apenas nos conocemos abrazados en el sillón de un living
que el sol ilumina por rectángulos suena el disco que cada cual escuchó por primera vez en
décadas diferentes jugamos a creer que las letras hablan de esto durante un par de horas, pero no
más, las pancartas los discursos los años de psicoanálisis los libros todo eso, se cae


De: "Hay una distancia",  Erizo Ediciones, 2018




SARA BOSOER
(1972. Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Reside en La Plata)
Maestra de escuela primaria, profesora y doctora en Letras, investiga, escribe poesía y dibuja. Es investigadora y docente en la unlp. En la carrera de Letras, enseña Teoría de la crítica literaria y escribe sobre teoría y sobre poesía argentina contemporáneas. En la Escuela Primaria de la unlp, coordina el área de Prácticas del lenguaje e investiga en la enseñanza de la literatura, la lectura y la escritura en los últimos años del nivel. En poesía, publicó Puemas (fa, 2018) y Hay una distancia (Erizo, 2019) donde integra poesía y fotografía. Los libros de poemas Afiliación obligatoria y Sarmiento nunca probó un kiwi se pueden leer en línea (https:// issuu.com/home/published). Integra el proyecto editorial Todas las fiestas de mañana.

De este enredo otro no podría ser el orden, postfacio de Martín Gambarotta

Cada tanto reaparecen los defensores a ultranza del lirismo, como si estuvieran denunciando eternamente un frente que,suponen, opera de manera coordinada y consciente en su contra. No existe tal conspiración. Dichosos los que contemplan conmovidos a un ser querido, una hija o un primo, y sienten sin dudar que eso alcanza para componer poemas personalísimos. Es la exaltación de una vida en ininterrumpido estado de gracia. Pero, ¿qué pasa con quienes no sienten así? ¿Qué pasa con los que, guiados por su experiencia, entienden que el lirismo es una meta y no un punto de partida? ¿Qué pasa con los que notan una contradicción en la noción de que a la gracia se accede mediante una simple declaración de principios? No se hacen poemas con principios. La lírica es un bien escaso. El estado de gracia es efímero por definición. Tal vez el lirismo ni siquiera sea un punto de llegada sino algo que se encuentra en el trayecto y resulta ser, como la belleza, poca cosa. En Sobre el concepto de historia (notas) Sara Bosoer se basa en un texto de Walter Benjamin, Sobre el concepto de historia (1942), como quien toma ruta creyendo que conduce a la gracia. Es un plan complicado. Plantear esa complicación, hacerse problema, habilita la posibilidad de escribir estos poemas. Poemas que funcionan como derivaciones, notas hechas en un cuaderno de ejercicios tomando como matriz un texto filosófico que, para gregar a la volatilidad, de por sí ya es tentativo. La materia no es la historia. La materia es un concepto específico de la historia. El único instrumento adicional con el que cuenta la autora para aliviar la angustia que genera estar yendo por un camino que probablemente no lleve a ninguna parte (y mucho menos a una graciosa redención lírica) es el oído con el que corta estos versos. El acento está puesto en la tensión del viaje mismo que encuentra en el texto fragmentado en 18 partes de Benjamin, los mosaicos necesarios para aliviar la mente del peso de tener que inventar algo desde cero. Así abrirse paso para escribir se vuelve «una felicidad posible». Y entonces: «ah podríamos parar en alguna de las rutas que atraviesan la pampa/caminar hacia adentro sin que importe/si el pasto está alto si los cardos pinchan…» Es un error meterse con el texto de Benjamin. Pero buscando encontré esta cita del filósofo Bolívar Echeverría: «Con sutexto, de factura inusitada, Benjamin pensaba introducir un nuevo tipo de discurso reflexivo, hecho de una red de articulaciones, entre fragmentos del habla de la “cosa misma”, cuyo tejedor se jugaría por entero en el desempeño creativo de selección y combinación» (2005, 6.).La tentación es simple de adivinar: reformular esa cita, apenas trastocada, reemplazando el nombre de Benjamin por el de la autora de Sobre el concepto de historia (notas). ¿Por qué no? «Con su texto, de factura inusitada, Bosoer intenta introducir un nuevo tipo de discurso reflexivo, hecho de una red de articulaciones, entre fragmentos del habla de la “cosa misma”, cuya tejedora se juega por entero en el desempeño creativo de selección y combinación.»

En: Sobre el concepto...

Enlaces: Otra iglesia es imposible 
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V     




Voy a enseñaros las postales que compran los turistas. 
Esto es exactamente lo que quiero deciros. 
Dos niñas con vestidos tradicionales 
no son un souvenir. 
Fuera de foco abren sus manos 
para pedir limosna. 
  
 

VI 




Los viejos bulevares son la parodia de lo que fueron,
porque perdidos en sus aceras
nosotros ignoramos el valor de los pasos,
el precio de unas botas cosidas en Tailandia
por menores de edad.
Sencillamente nos da lo mismo,
con ellas los pies vuelan
y los modelos flotan en las pantallas de los dispositivos.
¿Acaso no sabemos quién le limpia la mierda
al chico pelirrojo?
«No quiero que me griten los hijos de la inmigración».



VII




Pronto recordaremos las cúpulas, las torres
desmochadas, el viejo caserón que hacía esquina
sin el trino vivaz de los gorriones, al borde
del abismo de su extinción.
Las humaredas bajaron a los túneles del metro
y lamieron los muros. Esta mañana
hay polvo de oro en los párpados del revisor.




poesía española
IGNACIO VLEMING
(1981, Madrid, España)
De: "La revolución exquisita", La Bella Varsovia, 2022
Enlaces: Letras Libres
Imagen en 3trsreinos





I     




Después del puente ferroviario 
un callejón del viale Ripamonti 
está la casa de Carla, de su madre, y de Angelo y Nerina. 
 
El puente está allí quieto y por debajo pasan 
trenes carros vagones frenadores y manadas al matadero 
y arriba pasan el tranvía, el trolebús al lado, la gente que camina 
los camiones de la fruta de Romaña. 
 
A los que nacen cerca de estos sitios 
ni siquiera les pasa por la mente 
cómo es útil tener una costumbre 

Las costumbres se van haciendo junto a la piel
así que todos tienen una si tienen piel

Pero hay un momento en el que el hábito no aguanta
quién sabe lo que empuja el circuito
o hace contacto
o se va por la tangente
entonces la borrasca
periférica, de tierra,
el puente se lo cubre y barre y alguien
puede venirse abajo
y las películas que Carla no soporta
una película de Jean Gabin2 puede decir la verdad
es quizá el silbido y la niebla o el abatido
chocar de herralla o tu corazón sorprendido, asustado
el corazón desprevenido por ejemplo, con dos manos
que se abalanzan sobre el pecho

No es el simple pudor el que la empuja
Fugitiva en los bosques de cemento
o el contagio espinoso de la mano.


poesía italiana
ELIO PAGLIARANI
(1927, Viserba, Rimini, Italia)
De: "La muchacha Carla", La Bella Varsovia, 2017
Traducción: Leonardo Vilei e Ignacio Vleming
Fuente: Ignacio Vleming
Enlaces: Academia.edu
Imagen en MyDbook

Nota del editor: No encuentro la palabra 'herralla'. El diccionario de la RAE me aproxima 'ferralla', chatarra, estructura de hierro.


PRIMERA NOCHE     



Se me apareció muerto una noche y se sentó a mi lado en el paredón de la costanera como si nos hubiéramos visto ayer. Un ángel mojado. Nos quedamos balanceando las piernas en silencio a pocos metros del agua frente a la oscuridad. Creo que eso nos sirvió para acercarnos después de tantos años y hablar las noches siguientes de las cosas que habíamos vivido. El río y la basura sonaban contra el paredón; botellas de plástico, maderas astilladas, un forro con un nudo y una paloma muerta.
Se llamaba Carlos . Lo había conocido en el colegio nacional. Unos años más tarde el periodismo nos reunió en una revista para militantes. 
(...)



SEGUNDA NOCHE



Carlos empezó a hablar apenas llegó:
Hay un lugar en el fondo del país
donde estamos esperando
sin esperanza y sin nombre. 
Allá no hay tiempo
hay silencio y vacío.
Somos fantasmas alaridos
flameando en un bosque líquido
como náufragos sin cielo y sin fondo
somos el agua de la ciudad
continuamente reciclada 
y simpre oscura
agitamos el río y forzamos las mareas pero
cada vez menos gente escucha los gritos del agua

Se quedó mirando el resplandor rojizo de la ciuidad en el cielo. Me contó que había estado más de  un año y medio en cautiverio en una escuela militar.

Una noche por semana
nos reunían y leían una lista:
quince o treinta 
elegidos drogados casi muertos
en un avión que abre el buche y los vomita.
Vivíamos de a quince días. Yo rezaba plegarias inventadas
apretado al rosario que me dió una compañera
pero un miércoles dijeron mi nombre.
Esperé en fila frente a una puerta blanca
como un consultario;
sabía pero no quería creer.
Me desperté desnudo
en un piso de metal
con el cuerpo en declive 
hacia un agujero
en un ruido de engranajes rotos.
Vi uniformes de fajina
y puños que querían borrarme
sentí que me alzaban
me agarré a un borde
y se me rompieron los dedos.
Inmóvil en el aire
el agua voló hacia mí
abierta como una boca
y me envovió en silencio.
Perdí el cuerpo.
Lo vi irse con los brazos abiertos
no era una cruz
era una flecha derivando
se disolvía en el río
buscaba otros cuerpos en los poros del agua.
El río tiene el lomo de una bestia
y galopa en el fondo barroso
con el sudor blanco de los caballos.
(...)



CUARTA NOCHE



(...) Entonces llegó Carlos, una silueta transparente en los relámpagos. Me contó que había estado en el parto de Norma, una amiga nuestra. Ella le había pedido a los milicos que Carlos la tuviera de la mano todo el tiempo.

Fue así:
no gritó no lloró
pero cada vez me apretaba más fuerte.
Estaba encapuchada
y yo con cadenas en los pies
hubiera querido mirarla a los ojos
pero solo veía su respiración sin ritmo
mojando la tela negra donde estaba la boca.
Ni pujando se le escuchó la voz. En eso
un tipo se le sienta en la panza
camisa militar
aplasta
otro se mete entre sus muslos
arranca un cuerpito amoratado y dice:
Para la criatura
salvación y vida,
para la madre
final.
Era una nena
la pusieron sobre una mesa de metal
y se largó a llorar.
Norma volteó la cabeza
imaginé que sonreía.
Es mujer le dije al oído y cantó:
Arroró mi aurora
arroró mi sol
corazón herido
recién nacido.
Ahí me dió su rosario.
La pasaron a una camilla
y miré para otro lado.
No quise verla desaparecer
en el pasillo. 
(...)




Los gritos del agua, poemas
ROBERTO GUARESCHI
(1945, Ciudad de Buenos Aires, Argentina)
Fuente: "Los gritos del agua", Ediciones del Dock, 2022
Enlaces: Otra iglesia es imposible
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EL SILENCIO     




La memoria es el 
canto gregoriano que se va deformando 
en las notas de la chatarra acústica 
de la época. La cultura de masas no  
es una cultura de la imagen, sino del sonido.  
Eso escribió Piglia en un texto sobre Gandini. También  
dice que Joyce hizo ver que el capitalismo 
es una ciénaga de ruidos. 
 
Es imposible estar en silencio. Los
sonidos de la ciudad llegan hasta nosotros
aunque cerremos las ventanas. 

Anoche, salí al balcón porque 
escuché un estruendo. Vi pasar un
ómnibus enorme y viejo. Demasiado ancho
para la calle.

Pienso en la aceleración y en la condensación
de los sucesos antes de que estalle
la violencia. Pienso en los protagonistas
de los actos y en lo que hacen después.
Claro, puede pasar que para algunos
no haya después. 



MARCOS HERRERA
(1966, Ciudad de Buenos Aires, Argentina)
Fuente: Facebook
Enlaces:Eterna Cadencia | Op.cit
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JAMAS VISITÉ EL CIELO      



Leo a W. Szymorska, E. Dickinson, Italo Calvino 
leo soror no dejo de buscarte 
en el tetragrammaton, en el diario formoseño 
en las matemáticas del reloj de Chagall 
vos te aparecés en todo lo que leo 
en todo lo que escribo 
me lavás la cara 
me masajeás los pies 
con manos de albañil 
levanto la mirada como quien va a rezar 
y ya no estás 
ni en la nieve ni en los 70 vientos de la rosa 
no estás en el uróboros 
no sé si sos un invento mío
como quien va a un museo
y cuelga mentalmente sus propios frescos
o una puntada en alguna parte
fulgor
que no sé precisar
espumo el hueso en la olla negra
jamás visité el cielo
jamás preparé borsch.



ESCRIBIR NO SIGNIFICA NADA



ni siquiera hervir arroz
las palomas mensajeras
no se desangran
no cantan como E. Piaf
apenas se sacuden los piojos del mensaje
no necesitan zapatos
ni cuadernos
en las afueras no se rinden cuentas
las palomas
de vez en cuando brindan
brindar es un extrañamiento
como alivianar el lunes de las puertas
las palomas mensajeras
andan a tontas y a ciegas
igual que la bocaza de Amstrong
son celestes como un diente
tan rojo
por Dios



EMILY DICKINSON APENAS A DOS CUADRAS



Cada vez que compro fideos
me espera en la caja
después caminamos dos cuadras
es una perra atolondrada
flaca y vieja igual que yo
le tiemblan las patas
tose
le falta el aire
me lame los pies
y también tiene alas
se llama Emily
creo que es una lírida en desconcierto
cuando me observa con la lengua afuera
no sé qué hacer
nadie sabe
de dónde vienen estas perras escritas
por qué retozan y se agitan
con los ojos en alto
cada uno con dos soles torrenciales
cuatro lunas
diez mil maíces de un cielo dentro del hierro de otro cielo
menos aún se sabe
si son plegarias o confesiones
los fogonazos en las costillas
pero Emily tiene un mapa
y nos extraviamos
no demos más vueltas Emily
ya es tarde
nunca acaba de amanecer
y perdimos la bolsita de los fideos
vení contame
Emily me corrige las orejas
me levanta la tapa de los sesos
al fin nos entendemos
vamos a la casa transparente
el infinito del poema
no está lejos
apenas a dos cuadras del supermercado.



poesía argentina
Otros poemas de AZUCENA SALPETER, aquí
Via Alicia Silva Rey en Facebook
Imagen en Infobae





Si se pudieran decir ciertas cosas las diría Fabián Iriarte a pesar de no haber mapas para ello pero las cosas siempre tienen sus palabras que decir y está en el observador captarlas esto es parte del trabajo del discurso que el método de Iriarte nos ofrece. A pesar de las transformaciones el agua es agua, rio, mar, océano, lágrima. Así fluye su discurso.
Cualquiera puede ser el tema pero hay que detallar el sentido, lo intuitivo en el juego de las palabras que da la connotación de lo dicho, esta lo animal, la pasión, el mundo de lo sensible y lo intelectivo, todo compone al alma del experimentador que busca la luz donde luce, en los gestos, en lo detectado de la fascinación. La ilusión en batalla con el miedo, como parte de la contienda a manera de un repertorio o compendio chino del siglo 12 nos invita a concertar nuestras citas entre dos luces, para que sean exitosas. Esa es la fórmula: al caer el sol y salir la luna la clave del éxito. Todo firmemente atado a su realidad pero quien decide cuando se usará tal cosa y cuando se dejará de utilizar, esa fábrica de mundos superpuestos. Un mundo del conocer a través de redes significantes, como palabras que se cuelan. Un discurso como una lengua aprendida, adquirida en clases, palabras distintas para las mismas cosas, de modo que al ver las cosas recuerda esas palabras adquiridas y cuando las escucha ve esos mismos objetos. Esa es la orientación experimentar, observar, repetir, comprobar. Podemos conocer la superficie pero casi nunca la profundidad, ese océano navegamos pero no sondeamos, pero adonde va el espíritu?. Alli la razón y la mente sucumben, no tienen respuesta. Solo volamos con la imaginación, como creía Emily Dickinson en su mansión familiar, la esperanza es una cosa con plumas.   
Un discurso como una forma de orar donde pasado, presente y futuro fluyen en una sola intensidad donde están grabados todos los registros, donde las palabras danzan y la luz siempre cambiante ayudan a encontrar el camino infinito. Pasa el pensamiento revista a todas las cosas para enumerarlas y ordenarlas para ver que dirección tomará el espíritu, pero es inaccesible a la razón y uno queda pelando la cascara de una naranja, para que la  
soledad no sea tan amarga. Para que los minutos cesen de transcurrir como un arte que preserva el tiempo, donde un mundo está cerrado dentro de otro mundo en toda la potencia del saber y el encanto del discurso que sigue un método para aprenderlo y luego abandonarlo, es viajar en tren donde sucede la película, el suspenso, y los pensamientos son vagones, y uno ve pasar a alguien en el andén viendo la locomotora del intelecto funcionando a pleno mostrando su método, consilium, deliberación, resolución y fruitio, del procedimiento aristotélico de la función del alma racional. Pero la cantidad de alma es limitada por eso no la malgaste como el agua, ama que da placer, en un amor que van juntos el unitivo a la persona amada y el amor por todas las cosas. Algo fuera de lo ordinario que uno se da cuenta por el efecto que produce en el aire, algo como la música de Martha Argerich en pleno concierto o discurso de sonoridades y armonias, como un discurso del que somos parte y a la vez nos interpela, con ensoñaciones y verdades no resueltas o como una decadencia de la forma de sentir para en definitiva preguntarnos que es lo que llena más el centro de la cosas o la perisferia dando el sentido. Es que el método del discurso en Iriarte es una forma de búsqueda del sentido, que hicimos de la semilla que se depositó en cada uno, o es que vemos lo mejor y elegimos lo peor, por que al fin que es saber algo? Sino solo curar las heridas del camino errado, tal vez para habituarnos a ver intuitivamente la verdad con distinción y claridad. .       




DISCURSO SOBRE LA MUSEOLOGÍA 



En los museos, el tiempo se detiene. Literalmente. No es una sensación. Los minutos cesan de transcurrir. El tiempo discurre afuera, corno la sucesión de sonidos en el aire. El arte ide la preservación abarca el tiempo. Nunca he salido de un museo con arrugas de más, con más edad que la que tenía al entrar. El hipopótamo William es azul. Un mundo está cerrado dentro de un mundo. Donde todo es bello, incluso lo horroroso. Lo que provoca llanto. Uno se siente feliz de estar tan triste. Alguien, algún día, podrá preservar una lágrima como una perla, una pluma o un pétalo en un trozo de ámbar o cristal. Sería como llorar por toda la eternidad. 

Ediciones Tren instantáneo, 2022 



Otros poemas de FABIÁN O. IRIARTE, aquí 
Enlaces: Revista Altazor | Otra iglesia es imposible
Imagen en Revista Altazor



Mis capitanes tristes     




Uno por uno, aparecen en 
la oscuridad: un par de amigos, y 
un par con nombres 
históricos. Tardan en brillar, 
pero antes de apagarse, llenos de sí, 
  
se yerguen, el pasado completo los abraza 
como un manto de caos. Fueron hombres 
que, según creía yo, sólo vivían para 
renovar el derroche de fuerza que 
hacían a cada convulsión frenética. 

Ahora que están lejos, son un recordatorio.
Es verdad: todavía no descansan,
pero ahora que en efecto están
distantes, sacudidos de fracasos,
se retiran a su órbita 
y giran con una energía dura, 
indiferente, como las estrellas. 
 


My Sad Captains



One by one they appear in
the darkness: a few friends, and   
a few with historical
names. How late they start to shine!   
but before they fade they stand   
perfectly embodied, all
the past lapping them like a   
cloak of chaos. They were men   
who, I thought, lived only to   
renew the wasteful force they   
spent with each hot convulsion.   
They remind me, distant now.
True, they are not at rest yet,   
but now that they are indeed   
apart, winnowed from failures,   
they withdraw to an orbit
and turn with disinterested   
hard energy, like the stars.



poesía norteamericana
THOM GUNN
( 1929, Gravesand, Inglaterra, Reino Unido / 2004, San Francisco, California, Estados Unidos de Norteamérica
Traducción: Ezequiel Zaidenwerg
Enlaces: Círculo de poesía | Otra iglesia es imposible | El cuaderno digital
Imagen en Literary Ocean


Cómo dibujar un círculo perfecto     


 

Puedo imitar las esferas en el cuerpo de la modelo, su cabeza, 
Su boca, el mentón que descansa en la curva de su codo 
Pero nada me dice cómo hacer las pupilas espirales  
 
De su mirada. Todo lo que el ojo ve, se inscribe en un círculo, 
El mundo está conectado a un círculo: el aliento se desenvuelve desde las fosas nasales 
Y cualquier amor pronto a ser abierto se convierte en una O. La forma dentro del círculo 
 
Es un círculo, el huevo que cae fuera del nido que la serpiente rodea 
Descansa en la mirada de la serpiente del mismo modo en que mi mirada descansa en la modelo. 
En un dibujo de contorno ciego el ojo sigue al sujeto

Sin observar lo que la mano está haciendo. Todo está conectado
Por una línea enroscándose y cancelándose a sí misma como la forma de la serpiente
Tragando su propia cola decadente o como un pensar que intenta destruirse,

Un hombre rodeando un subterráneo antes de atacar a un policía.
Para dibujar los pezones de la modelo tengo que dejarme llevar.
Amo todas las partes del cuerpo. Hay tantas curvas

Como sortijas de matrimonio, tantos remolinos como dientes
En la boca del futuro: las perlas mudas que usa una novia para su boda,
Los ovarios dormidos como cabezas de corredores congregados en un túnel.

Las puertas del vagón de metro imitan una O abriendo y cerrando,
En la sangre la O mueve su hélice de defectos en espiral, sombras genéticas,
Pero no hay instrucciones para identificar a los seres queridos que se vuelven locos.

Cuando una mañana un hombre negro apuñala en la cara a un policía de tránsito negro
Y el policía, sangrando por el ojo, mata al agresor, nadie viajando
Hacia el metro lo capta con rapidez suficiente para dejar un testimonio en fotografía.

La escena debe llevarse en la lengua, debe llevarse
A las noticias al futuro donde distraerá a los ojos trabajando
Las líneas sobre el papel. Esto es lo que un dibujo de contorno ciego conjura en mí.

En el centro de los telares de Dios hay una O, el diablo cree que la justicia tiene forma
De cero, un casco belicoso o tambor de guerra,  un puño o cañón de pistola,
Un cañón de huevos arruinados o calaveras. Para levantar lo que sea de un campo

El levantador se curva como una O rota. El peso del cuerpo
Bajando hacia un hoyo puede hacer a cualquiera decir Oh: los espectadores,
La madre, los hermanos y hermanas. Oráculo empieza con O.

Cuando miré en mi pasado, vi al niño que no he visto en años
Hacer un mortal hacia atrás tan osado que los espectadores lo llamaron loco.
No vi una luna tan blanca como la cebolla pero vi un plato de papel

Sobre el cual el niño sostuvo un cuchillo de plástico y carne empapada.
Un agresor es un hombre con historia. Su madre lucha
Para cortar una cebolla preparando la cena que será servida tras el funeral.

La cebolla es el mejor símbolo de la O. Rebanada, un gas volátil punza
En los ojos del rebanador como un castigo nublándolo hasta que ve
Lo que alguien atrapado debajo de un párpado acuoso ve:

Un mundo de contornos débiles, un desenfoque en las flores que mantienen un féretro a flote.
La cebolla es punzante, su esencia infecta el aire con tristeza,
Todos los que cargan el féretro lo huelen. Los dolientes se miran,

Miran la ambivalencia del pastor, esperan a que las puertas sean abiertas,
Esperan a la aparición de la víctima herida de un ojo
Y sus defensores, extraños que no consideran el funeral del agresor

Con sosiego. Antes de aquel día, el oficial nunca había disparado su arma
En la línea del deber. Estaba hablando con un taxista
debajo de la línea del metro cuando mi primo lo rondó sosteniendo un cuchillo.

La herida no causó daño al cerebro aunque el globo ocular fue cercenado.
No estoy seguro de cómo un hombre sin ojo llora. En la Odisea
Agua rosa desciende del rostro con cráteres del Cíclope luego de que Odiseo

Conduce un leño ardiente hacia él. Cualquiera podría hacerlo. Cualquiera podría
Empezar el día con sus ojos y terminarlo ciego o muerto,
Cualquiera podría perder su cordura o su visión. Cuando enloquezco

Tengo miedo de despertar desnudo en las calles, tengo miedo de gritar
Cada jodida cosa que me perturba o fascina, intentaré asesinar
O hacer el amor a todos antes de que la policía me espose o asesine.

Aunque la bala emerge de un agujero perfecto no deja agujeros perfectos
En el cuerpo. Una herida es una celda y un portal. Sin ella la sangre corre
Sin salida. Es posible dibujar esposas usando bucles

Con la forma del símbolo de infinito, del latín infinitas
Que significa sin límites. El camino por el que llegas a lo que sea
Es contexto. En un contorno ciego no es posible darle al sujeto

Una mirada desconectada. Separado de la mano, el ojo del artista
Comienza su viaje. Podría haber sido lo mismo para el Cíclope,
Un gigante cuya cuenca despojada de ojo era tan grande que una cebolla entera

Podría encajar. Separado del cuerpo, el ojo empieza
Su propio viaje. El mundo cierra el círculo: las horas, las cosechas,
Cuando la parte del cuerpo que sostiene al alma es finalmente descompuesta

Se convierte en un círculo, un agujero que sostiene todo, defectos, células,
Vientre, partes del cuerpo que nadie puede ver. Miré a la modelo
Solté un botón en sus jeans y salió de ellos

Como uno podría pensar en salir de un hoyo en un valle azul, un mar. Me hallé
En la oscuridad, me hallé entrando a su cuerpo como una cáscara delicada
O suave píldora, como este pulgar mío curvándose sobre sus labios.

Debes mirar sin mirarte hacer el círculo perfecto.
La línea, la mente debe ser un líquido contorno ciego
Hasta que el dibujo está completo.



How to Draw a Perfect Circle 




I can imitate the spheres of the model’s body, her head,
Her mouth, the chin she rests at the bend of her elbow
But nothing tells me how to make the pupils spiral

From her gaze. Everything the eye sees enters a circle,
The world is connected to a circle: breath spools from the nostrils
And any love to be open becomes an O. The shape inside the circle

Is a circle, the egg fallen outside the nest the serpent circles
Rests in the serpent’s gaze the way my gaze rests on the model.
In a blind contour drawing the eye tracks the subject

Without observing what the hand is doing. Everything is connected
By a line curling and canceling itself like the shape of a snake
Swallowing its own decadent tail or a mind that means to destroy itself,

A man circling a railway underpass before attacking a policeman.
To draw the model’s nipples I have to let myself be carried away.
I love all the parts of the body. There are as many curves

As there are jewels of matrimony, as many whirls as there are teeth
In the mouth of the future: the mute pearls a bride wears to her 
wedding,
The sleeping ovaries like the heads of riders bunched in a tunnel.

The doors of the subway car imitate an O opening and closing,
In the blood the O spirals its helix of defects, genetic shadows,
But there are no instructions for identifying loved ones who go crazy.

When one morning a black man stabs a black transit cop in the face
And the cop, bleeding from his eye, kills the assailant, no one traveling
To the subway sees it quickly enough to make a camera phone 
witness.

The scene must be carried on the tongue, it must be carried
On the news into the future where it will distract the eyes working
Lines into paper. This is what blind contour drawing conjures in me.

At the center of God looms an O, the devil believes justice is shaped
Like a zero, a militant helmet or war drum, a fist or gun barrel,
A barrel of ruined eggs or skulls. To lift anything from a field

The lifter bends like a broken O. The weight of the body
Lowered into a hole can make anyone say Oh: the onlookers,
The mother, the brothers and sisters. Omen begins with an O.

When I looked into my past I saw the boy I had not seen in years
Do a standing backflip so daring the onlookers called him crazy.
I did not see a moon as white as an onion but I saw a paper plate

Upon which the boy held a plastic knife and sopping meat.
An assailant is a man with history. His mother struggles
To cut an onion preparing a meal to be served after the funeral.

The onion is the best symbol of the O. Sliced, a volatile gas stings
The slicer’s eyes like a punishment clouding them until they see
What someone trapped beneath a lid of water sees:

A soft-edged world, a blur of blooms holding a coffin afloat.
The onion is pungent, its scent infects the air with sadness,
All the pallbearers smell it. The mourners watch each other,

They watch the pastor’s ambivalence, they wait for the doors to open,
They wait for the appearance of the wounded one-eyed victim
And his advocates, strangers who do not consider the assailant’s funeral

Appeasement. Before that day the officer had never fired his gun
In the line of duty. He was chatting with a cabdriver
Beneath the tracks when my cousin circled him holding a knife.

The wound caused no brain damage though his eyeball was severed.
I am not sure how a man with no eye weeps. In the Odyssey
Pink water descends the Cyclops’s cratered face after Odysseus

Drives a burning log into it. Anyone could do it. Anyone could
Begin the day with his eyes and end it blind or deceased,
Anyone could lose his mind or his vision. When I go crazy

I am afraid I will walk the streets naked, I am afraid I will shout
Every fucked up thing that troubles or enchants me, I will try to murder
Or make love to everybody before the police handcuff or murder me.

Though the bullet exits a perfect hole it does not leave perfect holes
In the body. A wound is a cell and portal. Without it the blood runs
With no outlet. It is possible to draw handcuffs using loops

Shaped like the symbol for infinity, from the Latin infinitas
Meaning unboundedness. The way you get to anything
Is context. In a blind contour it is not possible to give your subject

A disconnected gaze. Separated from the hand the artist’s eye
Begins its own journey. It could have been the same for the Cyclops,
A giant whose gouged eye socket was so large a whole onion

Could fit into it. Separated from the body the eye begins
Its own journey. The world comes full circle: the hours, the harvests,
When the part of the body that holds the soul is finally decomposed

It becomes a circle, a hole that holds everything: blemish, cell,
Womb, parts of the body no one can see. I watched the model
Pull a button loose on her jeans and step out of them

As one might out of a hole in a blue valley, a sea. I found myself
In the dark, I found myself entering her body like a delicate shell
Or soft pill, like this curved thumb of mine against her lips.

You must look without looking to make the perfect circle.
The line, the mind must be a blind continuous liquid
Until the drawing is complete.



poesía norteamericana. El círculo
TERRANCE HAYES
(1971, Columbia, Carolina del Sur, Estados Unidos de Norteamérica)
Fuente: Academia | Poetry Foundation
Enlaces: Círculo de poesía | Suicidas profesionales
Imagen en Poetry Center
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